IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA
Una buena comunicación es la clave para mantener buenas relaciones en el interior de la familia y para la formación de los hijos. En este sentido, los padres y las madres que se comunican adecuadamente con sus hijos les ofrecen autoconfianza y aprendizaje a medio y largo plazo al igual que favorecen que realicen relaciones interpersonales sanas.
Los niños desde sus primeros días de vida buscan comunicarse y lo hacen a través de los medios que poseen, es decir, fundamentalmente, llorando. Por ello la comunicación que los padres y las madres desarrollan en la interacción con su hijo/a desde la infancia es de gran importancia. En ella se ponen las bases de una experiencia que durará toda la vida, y que desarrollará en los hijos, los sentimientos de seguridad, confianza, amor propio que les permitan enfrentarse a la vida.
Hay que recordar que la comunicación no es solamente “hablar”, sino que también nos comunicamos con nuestros gestos, silencios, tonos, postura, etc. Todos estos elementos entran en juego cuando interactuamos con otras personas y determinan el que la comunicación sea buena o no.
Lo mejor que podemos hacer para brindar un ambiente de confianza y apoyo es:
- · Tomarles en serio, no tratarles como seres inferiores que explican cosas de las que estamos de vuelta.
- · Conviene no aprovechar la ocasión para sermonearles.
- · Escuchar con atención lo que quieren explicar o preguntar.
- · Hablar también de lo que les interesa a ellos/as.
Como es natural, las disputas y conflictos familiares forman parte de estas dinámicas. Sin embargo, puede llegar algún conflicto familiar que los perjudique y los preocupe mucho. Lo importante, es tomarlo con calma y sentarse a hablar, así toda la familia puede dar un consejo muy importante para alguno de sus miembros que quiere y estima mucho. La clave para tener una buena relación familiar es la comunicación.
Comunicación informativa: es cuando sólo se dice “lo que ha pasado”. Simplemente se informa de lo que se ha visto, oído, hecho. Es una comunicación “tipo telediario”, con la que nunca sabemos lo que la información supone para quien habla.
Comunicación racional: Es cuando se da la información y al mismo tiempo se dan especulaciones, reflexiones personales, etc. sobre la noticia dada. Es un poco una comunicación formativa o manipulativa, porque junto al hecho que se transmite se pretende actuar sobre el otro. En la familia se usa como vehículo transmisor de pautas, valores o normas…
Comunicación emotiva (profunda): Se da cuando mientras se transmite la información o los hechos, se transmiten también sentimientos, afectos, emociones, estados de ánimo. Es una comunicación más íntima, con la que se expresan sentimientos, se gratifica, el otro conoce tus valores personales sobre lo que expresas, se transmite qué nos hace sentir en un momento dado algo, etc. En una familia este último nivel supone una verdadera comunicación.
Por lo que debemos de a aplicar estos niveles en la situación que se nos presente, en especial el ultimo cuando se trata de pedir apoyo y ayuda de nuestra familia, ellos siempre querrán lo mejor para nosotros.